El departamento fue diseñado para una familia de cuatro integrantes con la intención de cubrir todas las necesidades de cada uno. Al acceder, lo primero a encontrar es la doble altura, así como un ventanal en el fondo con una espectacular vista de la Ciudad de México.
En la planta baja del departamento reciben al visitante la sala y el comedor a doble altura que fungen como elementos de importancia, mediante la madera de los muros y plafón, así como los candiles que logran darle una calidez adecuada al espacio. Con una mezcla de mármol, madera, piel y metal se logró dar un toque muy especial, tratando de usar materiales clásicos dentro de un diseño moderno.
A un costado del comedor se encuentra el family y una ludoteca; al fondo se instaló la cocina. La planta alta se compone de tres recámaras y un segundo family. El baño de visitas es la cereza del pastel, pues todos los muros están forrados de medias cañas de madera y el mueble de baño diseñado en latón crea un espacio muy especial. Para la elaboración de la escalera, se tomó como inspiración un cilindro macizo de madera. El objetivo era lograr que se viera como si fuera de una sola pieza, por lo que fue contrastada con un muro de piel color betabel en el fondo.
La cama de la recámara se dejó flotada en el centro del espacio con una cabecera diseñada en madera clara para contrastar con la madera negra del fondo. La aplicación de un muro de mármol y un mueble diseñado con repisas iluminadas complementan el diseño permitiendo un ambiente ordenado. Todo esto combinado con una alfombra multicolor que con sus tonos marrones y grises unen el espacio.
Predominante en materiales duros y lisos, el baño continúa esta mezcla de mármol y madera oscura que se visualiza desde el primer acceso al departamento. La iluminación en áreas estratégicas nuevamente permite crear un ambiente cálido y sofisticado.