“Dentro del mundo de los artistas, creativos y arquitectos no es nada extraño que la vida personal y profesional terminen fusionándose; primero, por una cuestión de practicidad y seguridad, y en segundo lugar, por el estilo de vida bohemio y entregado de los artistas con su obra”.

El interiorismo tiene la característica primordial de transmitir conceptos, sensaciones y hasta filosofías, evidentemente, de la mano de la arquitectura y de los planes maestros, yendo de menos a más; así, desde el primer paso que se dio en este departamento, su renovado interiorismo remite a un entorno natural, casi rural, pero con una fuerte dosis de elementos artísticos con piezas de Gildo Medina, Gustavo Aceves, Jorge y Javier Marín, Ricardo Garduño; mobiliario Van Beuren acabado a la cera, tapices con telas orgánicas, troncos funcionales, mármoles reciclados, elementos espirituales y magníficos bodegones vegetales que, en conjunto, crean un eclecticismo rural/urbano.

El espacio nos transmite calidez, naturalidad, comodidad y, sobre todo, un abanico de posibilidades del buen vivir. Gracias al detalle puesto en cada rincón, este espacio se comporta como una galería, muestra de diferentes maneras cómo resolver audazmente dos conceptos que parecieran opuestos: la ciudad y el campo.