Su ubicación privilegiada en la costa esmeralda, dentro del puerto de Chicxulub, Yucatán, fue el escenario para desarrollar esta residencia con espacios ideales para la convivencia y la relajación.
Arquitectura: Muñoz Arquitectos / Arq. Javier Muñoz.
Diseño de interiores: Chehade Carter Diseño Interior /
LDI Deha Chehade y LDI Andrea Castilla Carter.
Ubicación: Chicxulub Puerto, Yucatán.
Construcción: Estruktum / Ing. Alejandro Esquivel.
Área construida: 860 m2 / Año: 2021.
Fotografía: Leo Espinosa.
Tapiceria: Sunbrella®. Decoración: Aseado.
En el proyecto arquitectónico, que estuvo a cargo del Arq. Javier Muñoz, predominaron los espacios abiertos, así como la correcta circulación, la conexión exterior e interior y una perfecta iluminación natural. En los acabados, el protagonista es el concreto prefabricado. La intención principal fue integrar el diseño interior a la propuesta arquitectónica, conservando la luz de los espacios y combinando los materiales existentes con un mobiliario contemporáneo de líneas rectas, pero sin perder el toque acogedor para lo cual se agregaron elementos más orgánicos y artesanales que conservan esa sensación de estar en la playa, dando como resultado elegancia y frescura en toda la casa.
Áreas recreativas, familiares, espacios amplios para recibir invitados.
El uso de materiales duraderos como el mármol, el concreto y el cuarzo fue pensando en la durabilidad y la estética.
La idea del diseño fue proponer una cocina de concreto con cubiertas de cuarzo; mesas de exterior de mármol que pueden quedarse fijas; mobiliario interior con tela de exterior en tono blanco que sea fácil de lavar, pero a la vez se logren espacios elegantes y puros, así como un piso de mármol nacional travertino para que se pierda la arena y no se vea sucio todo el tiempo. El recorrido de la casa inicia en el recibidor amplio que da la bienvenida con un remate visual de bajareque y puertas de cristal que delimitan el área de televisión, pero sin perder la comunicación entre los espacios. El pasillo juega con la sensación de atravesar un espacio estrecho para luego llegar a uno totalmente abierto con vistas al mar y una doble altura, que es donde se ubica la sala y el comedor.
La parte más importante de la casa es la terraza, que es donde se desarrolla gran parte de las actividades recreativas y sociales, por lo que cuenta con un área de bar, sala, comedor y alberca con asoleadero.
Los materiales y
mobiliario tienen
que ser duraderos
para las condiciones
climáticas de la costa.
La selección de materiales y mobiliario se realizó con la intención de que fueran funcionales, duraderos y de bajo mantenimiento para las condiciones climáticas de la costa, utilizando materiales de exterior para interior, que proporcionaran esa vida extra que se necesita. Es por esto que la carpintería general, incluido el mobiliario fijo y decorativo, se fabricó en madera de tzalam, que tiene la característica de alta resistencia al ser una madera dura de la región; toda la tapicería se realizó en telas Sunbrella 100% exterior, de fácil limpieza, con resistencia al agua y, lo más importante, cuenta con cierres para que pueda ser lavable. En muros se añadieron detalles con bajareque, elementos decorativos con fibras naturales como el bejuco y el henequén.
Para las habitaciones se pensó en una propuesta fresca que vaya con la personalidad de cada uno de los integrantes de la familia, pero sin perder la practicidad y resistencia de los materiales. El propósito fue pensar en espacios cómodos, funcionales y acogedores para los usuarios, donde pudieran comer, descansar e interactuar, ver el mar y sentirse en un ambiente perfectamente diseñado para brindar esa sensación de desconexión, para lo que se usó una iluminación cálida y elementos que envuelven y den calidez. Es la ventaja de una casa de 860 m2, donde es posible tener varias áreas sociales y de descanso, todo integrado para que el diseño se vuelva uno solo.