Villa Privada es un santuario donde la fluidez del agua se materializa en cada detalle

En la costa de Tulum, donde el murmullo del mar Caribe define el ritmo de la vida, Villa Privada emerge como una interpretación arquitectónica del movimiento oceánico.

Proyecto arquitectónico y diseño de interiores: Estudio Cotti Arquitectura.
IG: @arq.juliacotti
Ubicación: Tulum, Quintana Roo.
Año: 2024.
Área construida: 459.22 m2.
Construcción: Inmobiliaria Ceiba.
Fotografía: Julián Guardia Photography.

ste proyecto, nacido de la visión del Estudio Cotti Arquitectura, transforma un antiguo hostal de 459.22 m! en un santuario donde la fluidez del agua se materializa en cada detalle. La metamorfosis espacial implicó una demolición estratégica para dar paso a diez suites, cada una con su propia personalidad, pero unidas por un lenguaje común: la curva. Las habitaciones de la planta alta ofrecen una conexión directa con el océano desde múltiples perspectivas. El diseño rompe con la tradicional separación entre dormitorio y baño para crear una experiencia sensorial integrada donde cada elemento

Elementos escultóricos, como un sofá enterrado de forma ondulante y un cielorraso trabajado en distintos niveles, dinamizan los espacios, simulando el movimiento del oleaje. Las cavidades iluminadas en las paredes evocan la erosión natural de las rocas costeras, mientras que intervenciones artísticas texturales ofrecen interpretaciones abstractas de la relación entre mar y arena. Hasta los elementos más funcionales como la grifería mantienen la coherencia conceptual del proyecto con sus formas fluidas.

La paleta material, deliberadamente austera, se compone principalmente de chukum en pisos y muros, con acentos en madera reciclada de la estructura original. Esta aproximación brutalista-minimalista en tonos arena y beige crea un lienzo neutro donde el verdadero protagonista es el Mar Caribe. La decisión de mantener expuesta la estructura preexistente no sólo responde a criterios estéticos, sino también a una filosofía de diseño que valora la autenticidad y la historia del edificio.

Espejos estratégicamente ubicados multiplican las vistas al mar, creando una conexión visual infinita que difumina los límites entre arquitectura y paisaje. La luz natural penetra con distintas intensidades según el momento del día, marcando sutilmente el paso del tiempo, mientras que el diseño facilita la circulación libre del viento, integrando confort climático y estética en una propuesta coherente. Villa Privada representa la culminación de una visión donde la arquitectura no impone, sino acompaña el ritmo del paisaje. Un espacio donde habitar se convierte en una experiencia multisensorial que trasciende lo meramente funcional para dialogar con las emociones y los sentidos, reflejando la esencia misma del océano que la inspiró.

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