En el bullicioso centro de Mérida, Enekén Studio transformó una antigua vivienda en una serena residencia de 315 m² que honra tanto sus raíces como el futuro de quienes la habitan.
Proyecto arquitectónico, diseño de interiores
y construcción: Enekén Studio.
IG: @nkn.studio
Ubicación: Mérida, Yucatán.
Año: 2024.
Área construida: 315 m2.
Recubrimientos: Interceramic.
Fotografía: Jasson Rodríguez.
Este proyecto nace como respuesta al sueño de las hijas del propietario, una familia de Ciudad de México que buscaba un segundo hogar en la capital yucateca. La emblemática fachada en tonos rosas se preservó como testimonio de la promesa hecha a las niñas, quienes soñaban con su “Casa Rosa” convirtiéndose en el punto de partida para una reinterpretación contemporánea. La volumetría juega con alturas variables y geometrías sencillas, creando vistas interiores que se integran de manera armoniosa con los espacios exteriores. Los arcos elípticos, cada uno con forma única, contribuyen a la separación de los espacios, mientras que la distribución laberíntica de la vivienda genera rincones interesantes rodeados de vegetación. La distribución general de la casa se organiza en las siguientes áreas principales que fluyen naturalmente. Al frente, los espacios comunes, pensados para fomentar la convivencia y el disfrute, son el hall, la cocina, la sala y el comedor. En la parte posterior, tres recámaras brindan privacidad y confort. Cada habitación incluye detalles especiales como terrazas privadas y tinas al aire libre, ofreciendo una experiencia única a cada habitante de la casa.
En el centro de la propiedad, se encuentra el verdadero protagonista: una antigua ruina de piedra cuya antigüedad exacta se desconoce. Uno de los principales retos de este proyecto fue integrarla en el diseño, por lo que este elemento se transformó, porque en vez de demolerlo, fue restaurado y rodeado con una alberca poco profunda que permite caminar y desplazarse a su alrededor. Un cedro rojo del jardín vecino proyecta su sombra sobre este espacio acuático, añadiendo frescura y creando un ambiente ideal para la convivencia en armonía con la naturaleza, al tiempo que transforma la ruina en un espacio de descanso en medio del bullicioso centro de Mérida, convirtiéndolo en el corazón social de la casa.
