Casa Ipomea se encuentra en una colina al norte de la bahía de Sayulita. Este desarrollo, construido entre árboles tropicales, fue concebido desde su fase de diseño para crear una atmósfera única que permite conectar con la naturaleza.
Construcción: BAC Arquitectos.
IG: @bac_developers_sayulita
Ubicación: Sayulita, Nayarit.
Año: 2023.
Área construida: 1300 m².
Arquitectos a cargo: Octavio Arias Menaut, Juan Carlos
Sierra Chávez, Francisco Javier Fajardo Beyles.
Fotografía: Jorge Fregoso.
La experiencia en diseño de desarrollos en el trópico y la atención al detalle permitieron crear un tranquilo condominio que destaca por su verticalidad y sus vistas panorámicas. Cada detalle del proyecto fue cuidadosamente planificado para maximizar la conexión entre el interior y el exterior, ofreciendo a los residentes una experiencia integral y armoniosa.
El proyecto se adapta a los desniveles naturales del terreno, con un camino curvo que conduce al interior de una glorieta, generando un interesante paseo entre áreas comunes, que conectan los espacios con vialidades y jardines, lo cual crea una sensación de descubrimiento y aventura. El condominio también cuenta con una esbelta piscina recubierta de cuarzo blanco, ideal para nadar y tomar el sol de verano. La piscina se convierte en el corazón del área social, proporcionando un lugar de encuentro y relajación para los residentes.
El diseño buscó enfatizar las vistas de las 12 unidades y propiciar la interacción con el entorno. En el interior de las unidades se colocaron grandes ventanales que apuntan al norte, iluminando la sala con el tenue esplendor de la luz matutina. Ventanas en las fachadas este y oeste permiten una ventilación cruzada que funciona a la perfección, al lograr una corriente de aire natural y pasiva, y que fue un tema principal en el diseño del proyecto.
Casa Ipomea fue diseñada para escapar de la cotidianidad de la ciudad, con espacios que brindan descanso y relajación, y que ofrecen una libre transición entre la privacidad de un condominio y los exteriores de un pueblo mágico como Sayulita. La residencia no sólo proporciona un refugio tranquilo para sus habitantes, sino que también encarna el espíritu de la vida tropical, donde el lujo y la simplicidad se encuentran en perfecta armonía.
