La increíble residencia Hawaiana donde lo antiguo y lo nuevo conviven con sencillez

Asentado sobre un flujo de lava endurecida con vistas al cielo, sol y océano, este conjunto familiar logra un equilibrio entre modernidad y tradición. Lo antiguo y lo nuevo fluyen a través de una composición sencilla de pequeñas estructuras vinculadas por un exuberante patio central y una serie de pasarelas y terrazas que dialogan con el paisaje volcánico de Kona, Hawaii.

Proyecto arquitectónico: Walker Warner Architects.
Diseño de interiores: Philpotts Interiors.
IG: @philpottsinteriors
Ubicación: Kona, Hawaii.
Área construida: 445 m2.
Construcción: Oakes Management.
Paisajismo: David Y. Tamura.
Fotografía: Matthew Millman.

La organización espacial, inspirada en las aldeas hawaianas tradicionales que típicamente se disponían en agrupaciones sueltas, determina tanto el plan del terreno de 6,070 m! como el estilo arquitectónico. La composición de columnas de acero inclinadas, techos de pronunciada pendiente y aberturas romboidales para ventanas y puertas representan “una interpretación contemporánea de los refugios hale hawaianos primitivos”, explica Warner. “Son como tejabanes modernistas”. El espacio interior de Makani Eka totaliza aproximadamente 445 m!, mientras que el conjunto está rodeado por un campo de lava y pastos nativos que acentúan su integración con el entorno. Las estructuras que albergan la recámara principal y las áreas de estar se ubican en el lado oceánico del terreno, mientras que los módulos que contienen las dos recámaras para huéspedes y áreas sociales se disponen más adentro en la propiedad. Las habitaciones se abren hacia patios privados con muros de concreto para mayor privacidad, creando una residencia de tres recámaras que  parece expandirse visualmente hacia el horizonte.

Las ventanas están enmarcadas en caoba sapeli teñida, mientras que el cedro rojo occidental sirve como madera dominante tanto para el revestimiento como para las tejas del techo, gracias a su resistencia al calor, la humedad y las plagas. En el interior, el piso de concreto pulido y ligeramente teñido mantiene los espacios frescos durante el día.

La transición entre interior y exterior se realiza de manera fluida y natural. Las puertas corredizas enmarcadas en sapeli se abren completamente a los elementos, y las ventanas operables giran para atraer la brisa y fomentar la ventilación cruzada. “La sala se despliega para convertirse en un porche”, añade Warner, señalando la continuidad de materiales de piso y techo entre los interiores y los espacios al aire libre adyacentes.

Para el interiorismo se buscó capturar la “naturaleza aventurera” de los clientes a través de un uso dinámico y juguetón del color. El diseño es sencillo y fresco, con una vibración retro inspirada en el trabajo del modernista hawaiano Vladimir Ossipoff. “Debido a que la arquitectura está tan cuidadosamente ensamblada y hay tanta textura natural, no necesitábamos recargar los interiores”, explica la diseñadora Marion Philpotts-Miller, responsable del interiorismo.

La recámara principal se ancla con acentos terrosos en tonos maderables –paneles de madera blanqueada, un banco de nogal y se eleva mediante una alfombra y cojines azul cielo. Un nicho en la recámara principal cuenta con una silla de Naoto Fukasawa, mientras los focos empotrados crean una iluminación cálida y sutil al anochecer. El estudio de la habitación principal culmina en un área de estar con un sillón de Charles y Ray Eames que ofrece vistas a Maui, completando la experiencia sensorial de este refugio contemporáneo que honra las tradiciones constructivas de la isla.

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