por GERMÁN VELASCO
Arquitecto mexicano. Interiorista y director de la firma Germán Velasco Arquitectos. @germanvelascoespinosa
La historia del Interiorismo en México es relativamente reciente, hace 20 años apenas que podemos hablar de él como tal, siendo que antes de convertirse en un movimiento, moda o siquiera una disciplina, era común que fuera una tarea considerada del hogar y, por tanto, hasta entonces responsabilidad de la señora de la casa.
Antes de pensar en el interior como una prioridad, había otras muchas en las mentes de las familias como sistemas de audio y video, la última tecnología del momento. Sin embargo, en otros nichos fuera del hogar, sí había interés en diferenciar espacios y volverlos atractivos en la carrera mercadológica que los inversionistas vieron venir: hoteles, restaurantes, proyectos comerciales y proyectos corporativos se dieron a la tarea de ofrecer algo más que muros fuertes y buenas ubicaciones.
Con la necesidad de tener una personalidad única y particular, los clientes, en mi caso, querían vivir su casa como un hotel, y en el caso de los hoteles, vivirlos como un hogar; esto facilitó que la gente fuera pidiendo cada vez más que sus casas fueran intervenidas por profesionales. Ahora bien, desde hace dos años, a causa de la pandemia, la gente al estar encerrada en casa, se dio cuenta de las verdaderas necesidades de su familia y comenzó a pedir ayuda a los interioristas para adaptarse a las nuevas necesidades y formas de vivir los espacios: abiertos, en contacto con la naturaleza, transformables o versátiles. Espacios dónde trabajar: “home office”. ¿Qué nos depara el futuro? Creo que la combinación balanceada entre espacios en contacto con la naturaleza que nos transmitan paz interior y la tecnología integrada a los mismos.