por ALDO CHAPARRO
Artista peruano cuyo trabajo se centra en la escultura y el diseño. Conocido principalmente por sus trabajos en acero inoxidable. @aldochaparrostudios
La apertura de estos espacios seguirá una serie de cambios en el paisaje del arte mexicano. En primer lugar, se dio una mayor apertura a la experimentación ya la innovación. Se obtuvo a ver nuevas formas de arte como el arte conceptual, la performance, el videoarte, etc. Esto tuvo un impacto positivo, ya que se abrieron no solo nuevas posibilidades, sino espacios como Ex-Teresa Arte Actual. En segundo lugar, estos espacios también contribuyeron a la formación de una nueva generación de artistas mexicanos, muchos de los cuales se han convertido en referentes internacionales.
A partir de entonces, el arte en México ha experimentado una serie de cambios, muchos de ellos impulsados por la nueva generación de artistas. Se ha podido ver una mayor apertura a nuevas formas de expresión, así como una mayor internacionalización del arte mexicano. Una de las razones por las que yo decidí mudarme a la Ciudad de México, era por las posibilidades que ofrecía.
En el año 2000, llevábamos un año produciendo nuestra revista “Celeste”, posiblemente una de las primeras publicaciones de arte contemporáneo hecha y dirigida por artistas. Entre nuestro equipo estaban Alex Romero, Ernesto Moncada, José García, Zélika García, Memo Martínez, en realidad “Celeste” había sido la evolución natural de La Mesa. Vinimos a Ciudad de México porque era (y sigue siendo) el lugar para hacer que todo pasara. Eventualmente, terminamos vendiendo nuestra revista hasta en Colette, y en el Palais de Tokyo; todo hecho desde nuestra guarida en La Condesa.
El arte en México se ha transformado principalmente en la forma en que se produce, se consume y se distribuye. Se ha abierto una nueva era de posibilidades, en la que todo parece ser posible, gracias a la llegada del internet. Aunque nos hace falta mucho por andar, a veces siento que olvidamos que en México somos una sociedad avanzada, en donde gran parte de nosotros busca el bien común, el respeto y la diversidad, así como generar las condiciones para que todos tengamos los mismos derechos y libertades. Creo que esto se puede ver mucho en el arte de la ciudad, hay de todo y está bien. Qué aburrido sería que a todos nos gustara lo mismo, o que todos hiciéramos el mismo tipo de arte. Está bien aceptar que existen cosas que nos gustan y cosas que no. Es algo que nos habla de nuestra individualidad, al mismo tiempo de la empatía y del respeto. Creo que de eso se debe tratar una ciudad, de ser un lugar en el que todos seamos libres de elegir cómo nos gustan las cosas y respetar cómo le gustan a los demás.