
Rescate con estilo

La antigua hacienda henequenera de San Antonio Hool está catalogada como Patrimonio Cultural de Mérida y, por extensión, de Yucatán y México.

Arquitectura: Reyes Ríos + Larraín.
Diseño de interiores: Francisco Hanhausen arquitectura y diseño.
Iluminación: Arq. Elías Cisneros.
Ubicación: Yucatán.
Fotografía: Alberto Cáceres


El proyecto de intervención para rescatarla ha sido implementado bajo la guía de la firma Reyes Ríos+Larraín. El objetivo fue restaurarla y adaptarla como destino de hospitalidad y sitio para eventos sociales y corporativos. Se trata de un trabajo multidisciplinario de diseño con fundamento conceptual y técnico alineado en gran medida con los principales criterios de conservación acepta dos por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Es importante recalcar que la propuesta de intervención es congruente con los objetivos de conservación que para tal efecto establece el INAH, pues onsidera que cada uno de los inmuebles a intervenir se mantenga prácticamente intacto en su lectura y percepción de la espacialidad arquitectónica original. Para ello se protegieron y preservaron todos los muros interiores principales y secundarios originales que aseguran la conservación de la tipología arquitectónica original.
En la adaptación de la antigua hacienda al nuevo uso, se ha aplicado el principio de distinguirse en estilo a través de la reinterpretación y recreación contemporánea en el diseño de los nuevos elementos, así como la distinción de materiales de fábrica con respecto a los originales.


La premisa principal para abordar el concepto de
diseño fue la palabra respeto: respeto al lugar, respeto a las decisiones tomadas con anterioridad por los arquitectos y respeto al atinado proyecto de diseño de iluminación
También es importante establecer un diálogo coherente entre lo nuevo y lo antiguo, donde lo nuevo toma su forma y sentido al referirse a lo antiguo, al mismo tiempo que lo antiguo adquiere un nuevo significado y proyección al futuro gracias a los nuevos elementos, espacios y edificios introducidos en el proyecto. Francisco Hanhausen fue el encargado de hacer el diseño de interiores con la selección de mobiliario general, lámparas y accesorios decorativos. La premisa principal para abordar el concepto de diseño fue la palabra respeto: respeto al lugar, respeto a las decisiones tomadas con anterioridad por los arquitectos y respeto al atinado proyecto de diseño de iluminación realizado por el Arq. Elías Cisneros. Con una combinación algo ecléctica de estilos de muebles y accesorios, se logró una atmósfera muy residencial dentro de los espacios con una sensación de que la casa principal estuviera habitada cotidianamente.
Una parte esencial del proyecto fue realzar las extraordinarias piezas de arte aportadas por don Emilio Díaz







Se decidió abordar el diseño de distribución de mueblado de una forma que “flotara” en los espacios, dando valor y realce, tanto a los acabados de pisos, muros y techos originales; es el caso de la cava o de los acabados nuevos ya terminados al momento de la intervención de la casa principal.
Para lograr esto, se decidió usar colores discretos y neutros,
tanto en las telas como en acabados de los muebles.
Para áreas exteriores, concretamente porches y terrazas, se propusieron amueblados relajados y neutros, consistentes en sofás, mesitas, mecedoras y hamacas, combinándolos con gran cantidad de macetas con plantas tropicales para traer a la casa sombra, frescura y sensación de naturaleza, y para lograr una transición agradable entre la casona y los espectaculares jardines de Josefina Larraín.
¡Una maravillosa colaboración entre la historia de Yucatán y la vanguardia del diseño mexicano contemporáneo!