El ser humano es un ente orgánico por naturaleza, no sólo en materia, sino también en espíritu; la mente y el cuerpo están en constante cambio y evolución, al mismo tiempo que su propio entorno; todo se mueve aleatoriamente creando una danza de momentos que componen nuestra realidad y que fluyen pacíficamente, incluso en medio del caos.
Nuestro caminar es normalmente sinuoso, es decir, rara vez caminamos y cambiamos de orientación dando un giro de 90 grados, sino que lo hacemos en curva. Este es un factor importante en el surgir de la arquitectura orgánica. La tina de este baño, al tener una forma ovalada, permite una circulación fluida y cómoda para sus habitantes, además de lucir un toque de sofisticación.