Podemos partir de la habitación tradicional en donde se ubican dos camas apoyadas en la misma pared y en la que cada una tiene su espacio, su fuente de luz para lectura y una decoración en común como estas habitaciones de bellísima atmósfera pasiva donde predominan materiales suaves y variedad de tonos neutros, al tiempo que se goza de un amplio y cómodo espacio.
El diseño de esta recámara es juvenil y elegante, ya que la mayoría de los muebles tienen un diseño conservador pero se integró pequeños toques alegres como la silla colgante y el mural. Otro detalle que llama la atención es que siendo dos camas gemelas, presentan una cabecera principal asimétrica y cada una en lo individual su propio cuerpo de cama completo y a manera de sofá, frente a éstas, se ubica una tercera cama individual. Se trata de un espacio que recibe suavemente a sus habitantes
Un gran trabajo de carpintería fina se llevó a cabo en la elaboración de este cuarto que da cabida a dos camas matrimoniales y dos individuales para uso esporádico. Es muy estética la manera en que se integra muros, mesas de noche y camas empotradas al tono de madera del piso y se dota de un fuerte toque de color con el tapete azul de gran formato y como complemento, en el muro frente a las camas se acomodan dos escritorios la banca de descanso y repisas a manera de juguetero, que en un futuro podrían ser para libros o artefactos de jóvenes de mayor edad.
En espacios de mayores dimensiones se puede ubicar camas de mayor tamaño y aún así aprovechar la altura del techo para ubicar mas espacio para dormir con dos camas sostenidas del muro y techo. De alguna forma se siente más acogedor el espacio de las camas al tener el “plafón” creado por las camas.
De otra forma, una habitación para tres personas también aprovecha la altura y amplitud para diferenciar la zona de dormir con el desnivel en piso y desarrollar las demás zonas: sala de tele, baño y closet en los espacios continuos de manera que no intervienen nunca con la zona de descanso.
La decoración es lo que le da la personalidad a las habitaciones, aun cuando presenten mayormente un ambiente de tonos neutros, en los muros, con la ropa de cama y uno que otro detalle, se puede dar perfectamente un carácter varonil o femenino a la estancia.
Como en estas dos habitaciones donde claramente una es la zona de descanso de dos niños y la otra es la recámara de una jovencita, que cuando recibe visitas tiene otras dos camas extras que en la vida diaria se usan como sofá de complemento.
Para el cuarto de cama de los más peques es recomendable permitirles espacio de juego, por eso es que es común el pegar la o las camas al muro de tal manera que se permita esta zona libre para una mesa o un tapete de juego. Estas imágenes son excelentes ejemplos de este recurso y de cómo sacar el máximo provecho a cada metro cuadrado de la habitación para darle a los peques el lugar de cama, de estudio y de juego.
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