
JAVIER SENOSIAIN
Diseño: Javier Senosiain
Fotografía: Jaime Jacott/Archivo Senosiain/Francisco Lubbert
La idea embrionaria del proyecto tomaba su símil con una cáscara de cacahuate: dos amplios espacios ovales con mucha luz, unidos por un espacio en penumbras bajo y estrecho.

“Buscando la sensación de que en el interior la persona se adentrara en la tierra, que fuese consciente de la singularidad de este espacio sin perder la integración con las áreas verdes del exterior”.
Esta propuesta surgió con base en los requerimientos de las funciones elementales del hombre: un espacio para convivir, con estancia, comedor y cocina, y otro para dormir con vestidor y baño.
El concepto primigenio se define en dos grandes espacios: uno diurno y otro nocturno. Al contrario de lo que pudiera pensarse, esta casa semienterrada resultó más iluminada y soleada que una casa convencional. En este tipo de vivienda las ventanas pueden dirigirse hacia cualquier orientación y los domos dejan la entrada de la luz y del sol desde arriba.
“La idea era que el jardín cubriera la casa. Se consideró importante complementar las condiciones para el bienestar psicológico y físico, a través del control bioclimático”.

+ Personal
Si no hubieras sido arquitecto/ interiorista, ¿qué hubieras sido?
-Bombero.
Película o libro favorito.
-“El Gran Escape”.
¿Qué prefieres: bosque o playa?
-Bosque.
¿Qué mascota tienes y cuál es su nombre
-No tengo mascota.
Dinos una frase que te inspire.
-“Yo no busco, encuentro” de Picasso.
Cosas que te ponen de buen humor.
-La familia.
¿Mejor remedio para el estrés?
-Deporte.
¿Vino, cerveza o café?
-Vino.

