Disfrutamos mucho nuestra sala-comedor, tanto en pareja como en reuniones con nuestros amigos. El diseño interior fue parte integral del proyecto. Los acabados que elegimos fueron madera clara de roble europeo en pisos, techos y muebles fijos, y madera de nogal utilizamos para gran parte del mobiliario fabricado a la medida según las áreas, creando un ambiente más sobrio. En las mañanas, cuando entra el sol a través de sus grandes ventanales con vista hacia el jardín, se percibe un espacio muy cálido y soleado. En las noches, la chimenea y su librero iluminado crean una atmósfera muy acogedora. La escalera aparente está integrada a la sala-comedor convirtiéndose en el corazón de la casa por la cual se circula del diario. En cambio, nuestro antecomedor que integra el cuarto de juegos, y que está comunicado de un lado con la cocina y del otro con el jardín, es un espacio más informal que vivimos en familia con nuestros hijos durante toda la semana.

“En las mañanas, cuando entra el sol a través de sus grandes ventanales con vista hacia el jardín, percibimos un espacio muy cálido y soleado”.