
EXQUISITO EQUILIBRIO
Casa Ocre es una residencia de dos niveles, ubicada en el corazón de la Ciudad de México, que combina lo moderno con unos toques de diseño rústico para crear un exquisito equilibrio.
Asentada en un terreno con una gran vista a la ciudad, pero limitada en dos de sus lados por un talud, la casa se diseñó lo más despegada posible de éste para que, de esta forma, se generen dos grandes entradas de luz: el amplio jardín del frente y el huerto de la parte posterior, que se aseguran de bañar el Ainterior con iluminación natural constante.
Diseño: Despacho Chain+Siman.
Arquitectas: Renatta Chain y Lina Siman. @chainsiman
Ubicación: Ciudad de México.
Área construida: 1,056 m2
Fotografía: Rafael Gamo
Sala, comedor y bar integran un ambiente fluido y de fácil tránsito. El mobiliario, como los sillones o la mesa del comedor, fue diseñado a medida por el despacho arquiectónico; las líneas puras y los detalles de acero negro complementan la cálida paleta de color que da vida al proyecto. Al norte, la estancia se conecta con la cocina, la cual rompe con la cromática establecida; el piso fue diseñado con fierro cortado a láser y concreto colado. Al sur, el jardín se introduce con naturalidad en la planta baja mediante una terraza techada, la cual alberga un jacuzzi de granito negro flameado. Al abrir los ventanales, la estancia parece desbordarse al exterior. La escalera de acero negro es el fondo del escenario en la sala; con un carácter escultórico, rodea el árbol interior que protagoniza la estancia.







Los ventanales de piso a techo tienen una retícula interna de cancelería que brinda un toque clásico al entorno. La planta baja alberga la estancia conformada por sala, comedor y bar; un cuarto de TV, cocina y estudio. La planta alta está reservada para las áreas privadas: tres recámaras con sus respectivos baños y vestidores, un cuarto de juegos y un family room. Al exterior, los muros están revestidos de piedra de cantera gris en diferentes largos. Al trasladar esta materialidad al interior, su textura ofrece un contraste con los aplanados de cemento arena y con la madera de roble utilizada en los plafones y mobiliario. A través de los tonos de estos materiales, los elementos decorativos en dorado y la luz natural, se crea un juego de tonos ocres, cualidad que le da el nombre al proyecto.




En la planta baja, los plafones son planos, pero en las habitaciones se jugó con la geometría, creando inclinaciones que proporcionan una sensación de amplitud lúdica en cada espacio.
En la recámara principal, la doble altura es acentuada por la continuidad entre el generoso vestidor y la habitación. La tina es el elemento protagonista, centrada entre cubiertas de mármol gris oscuro bajo el punto más alto de los plafones de madera como remate visual del espacio. El proyecto de iluminación conjunta en la sutileza la sobriedad de la línea recta; luz ambiental y luz de acento mimetizada como elemento estructural de los plafones de madera otorga una atmósfera nocturna de tonalidad tenue y suave, perfecta para la convivencia, la relajación y el reposo.



