Diálogo con los ambientes
La gestación de este proyecto es parte de una experiencia sensible que surge a través de la conjugación de los valores intangibles de los habitantes de la residencia, con la intención de proyectar volúmenes que se adapten a las necesidades individuales de cada persona.
Existe una búsqueda constante en la generación de ambientes en los espacios de transición, ambientes que se presten para intercambiar ideas. El diseño de la fachada principal comparte su sencillez armónica a través de su materialidad y su misma composición como los vanos que nos muestran un ritmo que conyuga con la transparencia al intercambiar su elevación de manera dinámica como lo hace la sinfonía de una nota musical. Al comenzar el recorrido del proyecto, se le da una cálida bienvenida al visitante desde un domo superior que ilumina el espacio y la materialidad del muro que remata con una luz artificial que baja desde la parte superior como una guía visual hacia el punto de entrada luz natural.
Casa Naranjos cuenta con una doble sala comedor; una de ellas adopta la frescura del exterior y la otra mantiene la calidez de su interior, lo que da al propietario la opción de elegir entro dos espacios para poder convivir y conmemorar momentos inolvidables.
En un diálogo constante con el cliente, se optó por recubrimientos de carácter sobrio, resultando en un estilo arquitectónico contemporáneo.
Crear un ambiente interior para el hogar, marca el sello de quien lo habita y es un reflejo de sus intereses y actividades. El complemento ideal para los espacios, tanto interiores como exteriores, se encuentra en los recubrimientos. En un diálogo constante con el cliente, se optó por recubrimientos de carácter sobrio, resultando en un estilo arquitectónico contemporáneo. Al adentrarse es posible ver que cuatro habitaciones se conectan, pero tres de ellas mantienen su espacio privado en la planta alta, y la otra (el cuarto de huéspedes) se encuentra en la planta baja para otorgar comodidad tanto para la visita como para el propietario. Casa Naranjos no olvida los espacios de uso en conjunto y su función, pues cuenta con una doble sala-comedor; una de ellas adopta la frescura del exterior y la otra mantiene la calidez de su interior, lo que da al propietario la opción de elegir entro dos espacios para poder convivir y conmemorar momentos inolvidables.
Otra manera para mantener el diálogo entre estudio y cliente es a través del mobiliario con una mecánica de diseño simple e innovadora que transmita el matiz de su materialidad y un rol funcional dentro del espacio.
El despacho cree en la filosofía del sentido que tiene el ser humano, y sabe que siempre debe existir un toque llamativo de naturaleza en los diferentes espacios del interior y exterior del hogar, así como la jardinera que acompaña al comedor, que cambia la sensación de su atmósfera y regala frescura a la estancia.
