
DE LA CRISIS A LA EVOLUCIÓN
Los sucesos históricos han marcado de manera notable la vida del ser humano; las crisis nos ponen a prueba como humanidad para utilizar nuestra creatividad y poder salir adelante.

Durante siglos, las enfermedades han desatado una necesidad de fusionar la arquitectura y el diseño con la salud de las personas, experimentando constantemente construcciones novedosas que sacan a flote a una población que depende del ingenio y los avances científicos para sobrevivir. Hemos conseguido aumentar la longevidad a través de los tiempos; la esperanza de vida en el pasado era muy baja a comparación de la actual. A pesar de que esto se le atribuye a los científicos y doctores, es importante destacar que la arquitectura e ingeniería han sido un factor relevante para la evolución de la salud. Retrocediendo en el tiempo podemos percatarnos que las murallas eran necesarias en las ciudades para evitar invasiones de guerra, pero con la llegada de la peste y otras infecciones bacterianas se tiraron estos muros para permitir que la ciudad respire, el aire fluya y la enfermedad no se concentre en un mismo lugar. A partir de esto, las urbes crecieron con un lineamiento que busca el bienestar, reduciendo así tasas de mortalidad.
En casos específicos, varios arquitectos han entendido su responsabilidad con la sociedad, y un gran ejemplo es Alvar Aalto, quien a principios del siglo XX tuvo que crear un hospital con las comodidades y funciones para atender a pacientes con tuberculosis, enfermedad contagiosa que acabó con parte de la población. El arquitecto finlandés decide diseñar el Paimio Sanatorium, en donde su principal enfoque serían los techos, todos pintados con una tonalidad obscura, y con la iluminación indirecta con el propósito de que los pacientes se recuperen más rápido debido a que únicamente veían hacia arriba al estar acostados, y esto influyó a que los enfermos recobraran fuerzas.

Remontándonos a la actualidad, toca vivir un cambio que ha afectado nuestro modo de vida, la pandemia del Covid-19 nos ha puesto a replantear la importancia del interiorismo en nuestro entorno. El minimalismo es una corriente bien conocida por muchos, pero contrario a la idea popular de muros blancos, se propone aplicar este estilo de manera correcta... Un modo de vida en el que compremos con mayor responsabilidad, ya que al estar encerrados en una constante incertidumbre se recomienda adquirir solamente lo indispensable y deshacernos del exceso, para no generar enfermedades por el polvo acumulado dentro de objetos; igualmente acomodar y tener un orden en nuestros artículos del hogar para tener una visualización estética y armoniosa que nos permita sentirnos cómodos en nuestro día a día. Se han realizado varias propuestas de diseño para espacios públicos como la instalación de mamparas para evitar la transmisión del virus o hacer uso de las terrazas de los restaurantes para evitar el contagio en espacios cerrados.
La infinita necesidad de mejorar que una problemática mundial trae consigo, conlleva a una responsabilidad ética con el entorno. El ser humano ha logrado sobrellevar varias crisis y ésta no será la excepción, la cura termina siendo multidisciplinaria, involucrando el expertise de todas las ciencias.
