
AMBIENTES DE ENSUEÑO
El buen descanso se experimentará a partir de la atmósfera en donde el cuerpo se pueda relajar. Crear un dormitorio en donde abunda la belleza y se llega a la plenitud es una tarea que hay que llevar a cabo bajo una buena fuente de inspiración, es por ello que te compartimos recámaras cargadas de buen diseño que nos cuestionan si aún seguimos soñando.
Un amplio mueble de madera enmarca la cama de este moderno dormitorio. Además de armonizar la habitación se convierte en un espacio de aprovechamiento para almacenaje y decoración, y por medio de su luz indirecta ilumina cálidamente la recámara y hace hincapié en su textura. Los textiles y colores, tanto de la cama como del sofá, desprenden detalles hogareños que permiten crear un espacio de paz y relajación por medio de sus tonalidades azules y grises.

Los colores cálidos son esenciales para crear un edén en casa y poder sentir que la recámara es un abrazo del hogar, para rendirse a un descanso total. El lienzo en blanco es perfecto para crear espacios de luz y al combinarse con una paleta de tonos neutros le dará personalidad al espacio. Otro excelente recurso es el uso de diferentes texturas que impriman dinamismo a la recámara, así como el uso de luces indirectas que permitan descubrir los detalles de cada superficie sin restar calidez.

El mobiliario es protagonista en la propuesta de diseño, pues funciona como eje rector para los demás detalles estéticos de la recámara. Sin sobrecargar los espacios es posible armonizar con distintos accesorios que decoren y, al mismo tiempo, permiten el paso del aire y la energía, dando la impresión de que se descansa en un dormitorio limpio, iluminado y fresco.

Se decidió optar por un diseño con acentos contemporáneos que se encargan de crear una sensación sofisticada y de calidad, por lo que el resultado de la conjunción de estas características se refleja en un departamento con identidad propia, que ofrece espacios de alto confort. En la habitación, el espectro de luz que entra hace que los colores de la madera se reflejen y cambien de tono en las diversas horas del día, enriqueciendo la estética y espectacularidad de la habitación.

La recámara de la Casa en el Árbol es un espacio que flota sobre los vestigios de la antigua morada de su propietaria; se ancla al árbol a través de una celosía de madera de tzalam, que la envuelve y se degrada para crear un ritmo que permite contemplar el exterior: un contexto rural. El piso de concreto aparente es el reflejo natural de la destreza estructural con la que se concibe el proyecto y que aporta, en conjunto con la madera, la elegancia de un ambiente maduro y sereno, contrastando con la calidez lúdica de los muros y puertas con colores vivos. El espacio cobra vida partiendo de la armonía con los materiales “brutalistas” y la inserción de los recuerdos de la familia representados por los objetos y el mobiliario que los han acompañado toda su vida. La recámara se abre hacia el exterior por medio de una ventana balcón que la entrelaza con el resto del proyecto, pues a través de la materialidad del vidrio este espacio proyecta hacia el exterior los reflejos del paisaje.

La armonía en los textiles es esencial a la hora de diseñar una recámara, pues deberá mantener el balance con la paleta de colores predominante de la habitación, además de entregarle un toque de personalidad, sin olvidar que la comodidad es la prioridad. Lo ideal de la ropa de cama y los cojines es que rediseña el espacio según la temporada, por lo que el dormitorio experimenta cambios de look constantes sin mucho gasto.

Se implementaron colores suaves que convergen armoniosamente en una habitación infantil, junto con texturas y elementos que evocan delicadeza y ternura. La naturaleza se hace presente por medio de un bello mural y elementos decorativos como la planta lengua de vaca y los peluches. El piso de madera brinda calidez y se conjuga a la perfección con los textiles blancos.
